miércoles, 30 de septiembre de 2015

La muerte en la Antigua Grecia

Nuevo hiatus, aunque esta vez fue uno más corto que los de varios meses que me caracterizan. Sin embargo esta vez para variar un poco y no contarles mi nada entretenida vida en cada semana como he estado haciendo en las últimas entradas, en esta ocasión haré algo más productivo y pondré aquí un pequeño ensayo que espero les agrade.

En tiempos de los antiguos griegos el mundo era ampliamente diferente al que nosotros conocemos y en el cuál vivimos. No sólo en la actualidad tenemos mayores avances científicos y el modo de vida así como las urbes en las que habitamos eran completamente diferentes, sino que también tenían ideas y pensamientos que variaban enormemente a los contemporáneos. Un ejemplo claro de esto se da en la concepción que poseían los griegos con respecto a la muerte.

Para comenzar tenemos que tener presente que el mundo era muy distinto, tal como ya se señaló antes. Las guerras eran más habituales que en la actualidad, y los griegos a menudo se encontraban peleando con otros pueblos extranjeros, así como entre ellos mismos por conflictos de poder, territorio y demás. En un mundo en el cual la guerra era muy habitual, la gente estaba más acostumbrada a la idea de la muerte que nosotros, pues tenía una presencia constante tanto entre ellos tanto por los propios conflictos bélicos como desastres naturales y enfermedades que salvo en ocasiones especiales no suelen causar daños considerables en la actualidad.

Ya que la muerte era algo común y podía llegar desde cualquier parte, la gente tenía formas "predilectas" para morir que eran más deseables que otras. En la actualidad, si se le preguntara a distintas personas cómo les gustaría morir lo más probable es que la mayoría contesten que quieren morir de vejez y con calma. Para los griegos aquella sería una de las muertes menos apreciadas o codiciadas entre la gente, pues ellos creían que la mejor forma de morir era adquiriendo honor. Y la mejor forma disponible entonces para adquirir ese honor era por medio de las batallas.

Si bien hoy día tenemos libros y textos en los cuales se exhorta a la gente a vivir una vida pacífica y poner fin a las guerras para siempre, en la antigüedad la guerra era más que sólo un conflicto, era el oficio y la vida de miles de hombres. Por lo tanto, resulta natural que entonces los textos hablaran de las hazañas de héroes y personajes poderosos que doblegaban a las bestias y aniquilaban a sus enemigos para adquirir un honor y estatus cada vez mayor, lo cual los convertía en los modelos a seguir para el resto de los ciudadanos.

Uno de los textos bélicos de la antigüedad en los que más se aprecia esto es en la Ilíada de Homero, un poema épico que aún hoy en día sigue teniendo un gran impacto entre aquellos que tienen la oportunidad de leerlo en su totalidad. En él, hombres y dioses se enfrentan por el control de la ciudad amurallada de Troya, lugar donde se lleva a cabo la acción. Entre todos los héroes participantes en el conflicto resalta Aquiles con los aqueos, el mejor guerrero del mundo y quien es capaz de terminar con las vidas de sus enemigos sin mostrar clemencia alguna. Los troyanos por su parte tenían a Héctor, el mejor de sus soldados, príncipe de la ciudad, amante de la paz y domador de caballos; quien no se queda muy por detrás de Aquiles en cuanto a méritos heroicos. En la Ilíada los héroes son los protagonistas, seres tan poderosos que acaban con cualquier enemigo que les planta cara y con otros héroes incluso, una situación que se repite constantemente a lo largo de la obra.

Antes de seguir hablando sobre el poema, vale la pena recalcar algunos puntos más sobre la visión griega alrededor de la muerte. Una de las razones por las cuales la muerte por vejez parecía tan despreciable se debía principalmente al daño que el cuerpo acumulaba para entonces por el paso de los años: la pérdida irremediable de la juventud, la belleza y el vigor. Muchos héroes griegos se nos retratan como jóvenes hermosos, astutos y con capacidades en muchas ocasiones sobrehumanas porque representan el punto máximo de esplendor que alcanza el cuerpo humano, un estado deseable y envidiable que servía como elperfecto ejemplo de aquello a lo que se debía aspirar a conseguir.

En la Ilíada los personajes (salvo por algunas excepciones como Príamo, sacerdotes y algunos reyes) se encuentran en este punto máximo de esplendor, lo cual en parte los ayuda a superar al resto de los soldados en el campo de batalla. La idea griega de una muerte honorable, junto a la concepción del cuerpo perfecto y hermoso, hacía que para muchos de estos personajes la muerte fuera aquello que podían llegar a anhelar más que nada. La razón se debe a que, con la muerte, el proceso del envejecimiento se detiene y de esta forma el cuerpo no pierde aquello que lo vuelve tan especial y singular. La quema tradicional de los cadáveres también es una forma de asegurar que el alma del difunto pueda descender al Hades en este estado, tal y como aparecen después los fantasmas de varios personajes de la Ilíada en otra obra de Homero, la Odisea.

Sin embargo, pese a que la muerte en batalla proporciona el máximo honor y a su vez es una forma de mantener la perfección del cuerpo de una forma eterna, nos encontramos con que en ocasiones ésta resulta pavorosa o con una imagen tremendamente negativa para otros personajes. Aquiles llora la muerte de Patroclo por haber perdido a su compañero inseparable en lugar de alegrarse de que muriera con honor, los troyanos huyen de Aquiles en lugar de enfrentarlo cuando éste regresa al combate, el propio Patroclo se lamenta de tener que abandonar su cuerpo al morir e incluso Héctor huye de Aquiles cuando el aqueo lo persigue dando tres vueltas alrededor de Troya.

¿Por qué una buena muerte ocasionaría reacciones como éstas? Primero que nada hay que recordar que si bien los griegos pueden haber vivido en un mundo distinto y tener una concepción diferente de él a la nuestra, seguían siendo seres humanos. Hombres con sueños, alegrías, penas y miedos; y el miedo a la muerte, a aquellos que está más allá y que nos hace terminar con nuestras efímeras vidas es algo que ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad -no por nada los peores castigos que un hombre puede recibir suelen ser una forma de terminar con la vida-.

Porque si bien la muerte representa la conservación del honor y la belleza, también le pone un fin absoluto y contundente a la existencia, y ésto es algo que inquieta tanto al que sabe que va a morir como a quien no lo hizo y ahora debe vivir con ello; como Aquiles tras perder a Patroclio y saber que nunca volverá a estar con él, ni siquiera después de la muerte, pues las almas perdían su memoria. En el caso de Héctor, significaría perder la oportunidad de seguir disfrutando la vida como príncipe troyano y abandonar a su esposa e hijo antes de haber podido verlo convertirse en hombre.

Pese al inminente temor que se enfrenta ante la incertidumbre de la muerte, hay personajes que de todos modos la enfrentan con valor. Una vez que Héctor deja de huir y tras darse cuenta de que los dioses han decidido que debe morir, en lugar de lamentarse por su inminente final da un último discurso en el cual manifiesta su deseo de alcanzar la mayor gloria posible en combate. Aquella actitud valiente (no presente en todos los personajes pues Paris huye de Menelaro por ejemplo) representa fialmente el triunfo supremo de la muerte honorable frente al miedo a ésta. Héctor vivió luchando gran parte de su vida y la termina enfrentando al mejor guerrero de la historia en un acto que, tal y como él mismo lo describe, dará "algo de lo cual los hombres venideros hablarán por generaciones". Porque al final logra ser inmortal pese a haber sido muerto por la espada de Aquiles. Inmortalidad producto de la valentía ante la muerte por la que hoy, tres mil años después, todavía es conocido por el mundo entero.

martes, 15 de septiembre de 2015

Actualización temprana

Esta vez no me retrasé tanto como antes en hacer una nueva entrada, así que creo que eso significa que voy mejorando aunque sea un poco. Desde la última vez que escribí en el blog no han pasado muchas cosas muy interesantes, pero nuevamente intentaré escribir lo más relevante como en otras ocasiones.


-Fui al cine a ver con mi familia la película de "Shaun el cordero", basada en la serie del mismo que llegué a ver varias veces en los años pasados. Para ser una película modesta en comparación tal vez con otras cintas más grandes, está muy bien hecha y es muy entretenida. No hay una lección a aprender como en la mayoría de las películas infantiles de hoy en día; y eso es un cambio que se disfruta. Me gustó bastante y la recomiendo ampliamente.

-En cuanto a mi vida escolar, todo transcurre con calma todavía aunque ya se vislumbran algunos que otros trabajos importantes a la vista. Sin embargo, y en el lado malo, debido a un descuido especialmente torpe de mi parte la fecha de trámites para solicitar una beca pasó sin que me diera cuenta siquiera así que tendré que vivir a partir de mis ahorros por el resto del semestre. Lo peor del caso es que constantemente pensaba "debería de checar las fechas para que no se me haga tarde" pero como bien acostumbro no hice nada. Muy buena ahí.

-Me enfremé, sufrí, me recuperé. Al momento de escribir esto ya me encuentro mucho mejor aunque todavía con los últimos rezagos de gripa.


El logo viejo, pero no había otro que cupiera aquí

-El jueves pasado comenzó la nueva temporada de la NFL, y si bien tengo equipos favoritos nunca he sido realmente un fan como los que salen de la televisión. Sin embargo, el domingo pasado se me presentó la oportunidad de acompañar a mi hermano mayor a la reunión del Club de Fans de los Halcones Marinos de Seattle para ver el partido en un restaurante (donde las cosas eran bastante caras, por cierto). Creo que fui el menos apasionado de todos los allí presentes pero de todos modos pasé un muy buen rato aunque al final el equipo perdió. En el peor de los casos creerán que mi presencia les dio mala suerte y me banearán de por vida, pero no creo que pase.

(PD: Mi equipo, los Osos de Chicago, perdieron tal como lo esperaba mientras que los segundos favoritos, los Delfines de Miami, ganaron. Como nota final en la posdata, le dije en broma a mi hermano que este año los Jaguares de Jacksonville serán los Campeones del Super Bowl. Sé que las posibilidades de que eso suceda son ridículamente bajas, pero en el caso de que tenga razón dejo esta entrada como testigo para tener de qué presumir en los años venideros).

Y bien, creo que eso sería todo lo importante, aunque probablemente irrelevante, que tenía que decir el día de hoy. Mi familia me espera para cenar "mexicanamente" tal como debe ser el día de hoy, así que me despido. Hasta la próxima semana o antes, todo es posible.

No me fallen, Jacksonville

sábado, 5 de septiembre de 2015

El ciclo sin fin

Dicho y hecho, una vez más volví a desaparecer por un mes completo. Tal como el titulo indica, esto parece que está empezando a volverse un ciclo repetitivo en el cual digo que publicaré, a veces lo hago, muero una temporada y todo empieza de nuevo. Realmente ya había pensado en volver a actualizar el blog, pero siempre por un motivo u otro no lo he hecho hasta el día de hoy (evidentemente).

Y bueno, UNA VEZ MÁS intentaré actualizar La inmortalidad del cangrejo con más frecuencia que antes. Creo que dije lo mismo en el post anterior, así que de nueva cuenta no prometo nada. Realmente Agosto fue un mes tranquilo en el que no hubo muchas emociones, pero intentaré hacer un listado de lo "más relevante" que me ocurrió durante el pasado mes (de hecho parece una buena idea para tener al menos una publicación extra cada 30 días):

-Las clases empezaron nuevamente así que tuve que regresar a la Universidad. Aquí ocurrió algo bastante curioso: en el post anterior expliqué que entré a trabajar durante las vacaciones, pero lo que no dije fue que mi primer día de trabajo era justamente el día que tenía que reinscribirme para el nuevo semestre, y a la misma hora aparte de todo. Naturalmente y como es clásico en mí, olvidé que tenía que reinscribirme y para cuando lo recordé y pude hacerlo ya casi todos los grupos estaban tomados.

Y aquí va una cosa curiosa, pues por algún extraño designio del destino y/o el Universo, pese a que me vi obligado a escoger prácticamente los últimos grupos disponibles mi horario quedó muy bien; con solo una materia empalmándose con otra y prácticamente todas las clases de corrido. Los maestros también son bastante buenos a mi parecer, así que es un pequeño triunfo para mí.

-Así como yo tuve que volver a clases, para mi hermano menor llegó el momento de empezar su vida escolar "de verdad" y entró a la primaria. Es curioso, porque pese a que sé que soy joven, recuerdo cuando yo entré a la primaria como si hubiera sido hace toda una vida antes. A mi parecer es bastante sorprendente como pasa el tiempo, tan rápido que muchas veces no nos damos cuenta de los pequeños cambios que suceden cada año mientras seguimos con el ritmo de nuestra vida hasta que nos detenemos para dar un vistazo atrás.

En el caso de mi hermano, casi no puedo creer lo rápido que creció. Recuerdo que cuando nació en un momento pensé "Ahora sabré cómo es que los niños aprenden a hablar"; y apenas en un parpadeo pasó de decirme "No Babit" a narrarme un capítulo entero de Pokémon que vió en la televisión. Es extraño, supongo que algo nostálgico a la vez y hace que me sienta viejo. Creo que no habría sido tan consciente del paso del tiempo, de lo mucho que son realmente seis años si él no estuviera aquí.

-En algún momento durante el tiempo que estuve fuera de vacaciones cambiaron el internet de casa por uno supuestamente mejor de fibra óptica, y a mi regreso me di cuenta de que ya no puedo conectarme desde mi laptop. ¿Por qué? No tengo idea. Pero desde la primera semana de Agosto hasta la fecha no he podido hacerlo, razón por la cual he tenido que usar una tablet porque el resto de los dispositivos de la casa sí tienen señal, así que el problema debe estar en la laptop. Ya intenté varias cosas para arreglarlo, pero ninguna ha funcionado todavía y ya no tengo más ideas.

-En cuanto al progreso sobre la historia que he planedo escribir, está estancado todavía debido a un pequeño bloqueo que espero pase en unos días. Sobre el cuento del cual hablé en el post anterior, tampoco me he decidido a qué hacer así que de momento lo tengo guardado y sin novedades.

Eso sería lo más relevante que me ha pasado en el último mes, o al menos lo único en lo que puedo pensar ahora mismo (mi vida es muy emocionante, lo sé). La próxima semana además de seguir con la rutina escolar espero poder escribir un poco para así empezar a tener una constancia con el progreso del libro o de lo contrario va a quedarse estancado toda mi vida. Quizá exagere un poco con eso último, pero realmente quiero terminarlo lo más pronto posible porque es un requisito casi obligatorio para el plan de vida que tengo en este momento.

Y eso sería todo por ahora. Me despido, y espero que la próxima vez que alguien lea mis palabras sea dentro de una semana y no un mes.