En la última semana de clases antes de que acabara el semestre, mi maestra de la clase de Introducción a la Filosofía llevó al salón su colección de postales que había estado juntando desde hace varios años. Como agradecimiento por haber participado y por el trabajo que realizamos con ella, nos dijo que cada uno de sus alumnos podíamos tomar la que más nos gustara de todas y quedárnoslas. Antes de que las postales comenzaran a desaparecer, nos tomamos nuestro tiempo para verlas y, aunque hubo por lo menos un par que me interesaron, hubo una en concreto que me llamó la atención porque resaltaba del resto. Mientras que casi todas representaban pinturas con una paleta de colores oscura, la que yo vi tenía colores más "cálidos" por así llamarlos (no soy experto en el arte así que si me equivoco y no son cálidos por favor no me juzguen demasiado) y por eso parecía notarse más. Y en ese momento pensé: "Bueno, si me llamó la atención debe ser por algo"; y como en cualquier buena historia cuyo argumento es la predestinación, la escogí.
Y tan pronto como me puse a examinarla, en el primer momento no tuve ni la más mínima idea de qué representaba hasta que le di la vuelta y allí decía que era Perro enterrado en la arena de Goya. Viendo que era un perro le hallé la forma de perro, pero me llamó tanto la atención que quise investigar un poco sobre aquella pintura y desde entonces he querido escribir sobre ella en este blog, pero obviamente nunca lo hice... hasta ahora.
Perro enterrado en la arena, o Perro semihundido es un óleo sobre revoco que después sería trasladado al lienzo pintado por el famosísimo Francisco de Goya, el cual la hizo para adornar las paredes de una casa que adquirió en 1819 y que es mejor conocida como la "Quinta del Sordo". Forma parte del grupo de pinturas llamadas Pinturas negras, las cuales fueron todas creadas por Goya para adornar su casa y que a partir de 1874 fueron retiradas de los muros y trasladadas para ser exhibidas durante la Exposición Universal de Paris de 1878, hasta que en 1881 fueron donadas al Museo del Prado y desde entonces se les puede encontrar allí.
La colección de Pinturas negras obedece a las normas del Sublime Terrible, movimiento artístico que se caracterizaba por representar la subjetividad individual y los extremos de las emociones, contrario a los ideales del racionalismo y la Ilustración. Se cree que Goya comenzó a pintar estas obras a partir de finales de 1819 y después de haberse recuperado de una grave enfermedad que padeció en ese mismo año y que casi lo llevó a la muerte. Las Pinturas negras suelen ser consideradas un reflejo de la inestable situación que sufrió España por esos años así como ser una forma de manifestación del artista, quien tras haber experimentado su enfermedad se dio cuenta de su propia mortalidad y la decadencia física en que vivía al haber envejecido.
Actualmente, Perro enterrado en la arena se encuentra en un estado desgastado en el cual, salvo por la cabeza del perro, no se distingue ningún otro detalle. Se sabe, sin embargo y gracias a fotografías, que por lo menos en 1874 y antes de ser trasladada, en la pintura se apreciaban más detalles como una enorme roca en el fondo y haciendo de paisaje mientras que en el cielo se encontraban lo que se cree eran pájaros y los cuales el perro se hallaba observando. Se cree también que la pintura nunca llegó a ser terminada por Goya, pero esto, así como los supuestos pájaros, es solo una teoría y cabe la posibilidad de que nunca se sepa con certeza.
Fotografía tomada en 1874 por J. Laurent y en la que se aprecian los detalles ahora indistinguibles de la pintura
En cuanto a lo que podría significar o representar, yo siempre he creído que el arte es principalmente subjetiva así que cualquiera que vea la pintura podría llegar a su propia conclusión sobre lo que es. Sin embargo, aquellos que se han dedicado a estudiar la vida y obra de Goya (y que por lo tanto saben infinitamente más al respecto que yo), argumentan que es una representación de lo insignificante que es el ser vivo ante lo que lo rodea. Aunque ahora ya no se aprecia, el hecho de que el perro observe a los pájaros en el cielo podría ser también una analogía de la libertad y la falta de ella. En todo caso, es una pintura que a mí personalmente me resulta un poco triste. Tal vez sea la expresividad que se observa en la cara del perro, el cual a pesar de ocupar un espacio muy pequeño parece estar cargado de sentimiento en su mirada, sus orejas, incluso la forma en que mantiene la cabeza levantada... o al menos así es para mí y desde mi muy personal punto de vista. Probablemente haya quienes puedan interpretarla de una o incluso varias formas diferentes, pero en todo caso, ¿no es el objetivo del arte el despertar sensaciones y emociones sobre las personas?
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