jueves, 12 de noviembre de 2015

Review: The Internet's Own Boy: The Story of Aaron Swartz

Este documental narra la vida de Aaron Swartz, un chico prodigio apasionado por la informática, programación y el internet que llegaría a convertirse en una de las figuras más importantes en la lucha por el acceso público a la información que se aloja en la red. Sus ideales eventualmente lo llevarían a conflictos legales en contra de una de las principales instituciones de almacenamiento de datos del mundo y el gobierno de los Estados Unidos; los cuales terminarían con su suicidio en el año 2013 tras dos años consecutivos de batallas legales.


La película toma como tema principal el acceso público a la información publica en los Estados Unidos de América, la cual no se encuentra realmente a la disposición de todo el público debido a los intereses propios de pequeños sectores empresariales que consiguen ganancias billonarias anuales por medio del cobro por acceso a las bases de datos.

Pero antes de adentrarnos más en la historia, hablemos un poco de Aaron. Él sobresalió desde muy joven como un programador renombrado y mente brillante, siendo uno de sus primeros trabajos la popular red que conocemos coo Reddit, la cual rápidamente fue aceptada por el público y que le valió un lucrativo negocio de millones de dólares. Sin embargo, Aaron no se interesó realmente por el dinero y terminó renunciando a su trabajo para dedicarse a apoyar a pequeñas organizaciones y empresas con el fin de conseguir un acceso público a la información libre de cargos.


Aaron enfrentaría sus primeros problemas legales luego de haber descargado de forma ilegal miles de documentos de la popular base de datos conocida como JSTOR, acción que lo llevaría a enfrentar multas económicas e incluso tener su primer encuentro con el FBI.

Sin embargo, Aaron se volvería más notable durante el surgimiento de la polémica y controversial Ley SOPA, que básicamente iba a terminar con buena parte de las libertades civiles que se tenían por medio del internet con el pretexto de buscar y eliminar las descargas ilegales, aunque sin la consideración de tener un juiciolegal completo.


En mi opinión, la película acierta al revelar como la información de libre acceso realmente se encuentra conservada y guardada de manera celosa, lo cual dificulta que se tenga acceso a ella para de esta forma aprovechar positivamente la información y conocimientos que pudieran adquirise. En realidad, antes de ver la película nunca había reflexionado seriamente acerca de la ironía que esto representa ya que estamos acostumbrados a verlos como algo normal.

Otro punto importante que se toca es el de la libertad de expresión y como suele estar muy presente en el internet, pero que se ve amenazada debido a la acción de proyectos como SOPA que atacan indiscriminadamente y sin hacer distinciones sobre si los casos pueden ser catalogados o no como justos. En este caso es un poco más fácil identificarse con las posturas que se tomaron en contra de esta ley; y creo que esto se debe a que, a diferencia de otros documentales que retratan acontecimientos sucedidos hace décadas, el caso de SOPA es bastante reciente y por lo tanto creo que varios recordamos el revuelo que provocó su aparición. El hecho de haber vivido esta época lo vuelve más personal.

Para finalizar, diría que la película cumple con la función de generar simpatía por Aaron como individuo más allá de su participación en los casos de JSTOR y SOPA, presentándolo como alguien que solo quería intentar mejorar al mundo por medio de la información que se pudiera adquirir a través del internet. Por lo tanto, o al menos personalmente, se tiene un cierto sentimiento de tragedia por la muerte de Aaron, creo que principalmente por el hecho de que al final haya optado por el suicidio en lugar de seguir peleando por sus ideales.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Drawloween 2015: Experimento fallido

Una vez más he dejado que se pase el tiempo sin haber actualizado el blog. Y esta vez no fue realmente que olvidara que debía hacerlo tal como ha ocurrido muchas veces en el pasado, sino que ahora fue porque simplemente no tenía nada que escribir. Ciertamente eso no me ha detenido del todo, pero en esta ocasión quería escribir algo que no fuera simplemente una lista corta de cosas que he hecho o me han pasado. Así que, tras pensarlo un poco, me decidí por contar una cortísima historia de un proyecto inconcluso que tuve durante Octubre.

Desde la última semana de Septiembre aproximadamente, mi hermano me contó acerca de un pequeño juego que consistiría en hacer un dibujo diario con temática de Halloween y en subirlo a Facebook o donde quisieramos periódicamente. Ya que mi uso de la red social es casi inexistente (¿recuerdan cuando fue el aniversario de Facebook y todos publicaron un video de lo que habían hecho en esos años? Yo lo había usado tan poco que ni siquiera me permitió hacer uno) me pareció que sería una buena idea para empezar a compartir algo con mi familia y amigos. Pero como casi cualquier proyecto que me pongo a mí mismo, fallé.

En realidad sí hice el dibujo correspondiente del prímer día -un fantasma-, pero de ahí en adelante dejé que los días pasaran y los dibujos se acumularan. Y lo peor del caso es que en serio quería tener éxito con el desafío; todavía hasta los últimos días del mes pensaba en hacer una gran compilación de dibujos con todos aquellos que debía y subirlos en masa, pero al final nunca lo hice. Y ahora que Octubre ha terminado, me parece que la oportunidad ya pasó así que me limito a contar acerca de esta experiencia. Y sobre aquel mítico primer dibujo, aquí está:


Ahí lo tienen, un fantasma. Mi hermano me dijo que tiene cara de Ghostface, el asesino de la película Scream, y de no ser porque evidentemente tiene razón pensaría que lo dijo solo para molestarme (Daniel, si lees esto recuerda a tu Joker con peinado de Donald Trump). Siendo honestos, diría que es un dibujo extremadamente simple: no es más que un clásico fantasma-sábana con cara de un personaje previamente establecido de franquicia y que no tiene detalles macabros como cadenas en las manos y rostro de infinito sufrimiento, pero la verdad es que me gustó mucho.

Nunca he sido un buen dibujante y mi autoestima me impide verlo como una aberración ya que yo lo hice, así que tal vez sea por eso que no me parece un mal dibujo. Pero fue divertido. Sí, lo hice en menos de cinco minutos y ya no le di continuidad, pero no puedo negar que me divertí haciéndolo. Quién sabe, tal vez el próximo año me anime a hacerlo de nuevo y esta vez consiga llegar a los cinco dibujos.