jueves, 17 de diciembre de 2015

Por qué no odio las precuelas de Star Wars

Las clases acabaron (aunque eso fue hace un par de semanas) así que nuevamente tendré unas cuantas semanas libres de preocupaciones hasta que tenga que empezar con trámites de reinscripción y demás. Pero dejemos ese tema de lado para enfocarnos en lo que promete el título.

Si bien ya llevaba mucho tiempo libre como para haber actualizado antes el blog, no fue sino  hasta el día de hoy que se me ocurrió un tema para escribir aquí, y eso debido a que el día de hoy se estrenó en México la nueva película de Star Wars y por lo tanto el ambiente es propicio para hablar de aquella galaxia muy, muy lejana. Tendría sentido que dedicara esta entrada a dar mi opinión de la película, pero no la he visto y probablemente permaneceré algunos días más sin hacerlo así que aquella opción estará descartada por el futuro próximo. En vez de eso, agregaré el irrelevante grano de arena que representa mi opinión al debate de la Trilogía de las Precuelas de la ya mencionada saga.


¿Y qué mejor forma de empezar que dando mi opinión general acerca de las precuelas? En resumen: me gustan. Y si bien reconozco que la Trilogía Original es mejor, considero que las precuelas son mis películas favoritas de la saga. Puede que suene contradictorio y tal vez en realidad lo es, pero creo que todo se resume a un factor bastante simple: las precuelas son las películas de Star Wars de mi infancia. La primera película que vi de la saga fue El Ataque de los Clones, un día en el cual mi papá fue a visitarnos a mi hermano mayor y a mí. La película ya había salido de los cines para entonces, pero mi padre (que es un fan de la saga aunque no uno muy extremo) acababa de rentarla en un Blockbuster junto a Hombres de Negro 2 para verlas con nosotros. Recuerdo que los tres estuvimos sentados en el sillón de la sala, acurrucados y viendo ambas películas hasta que se hizo de noche. Y me encantó. Me gustó tanto que en la Navidad de ese mismo año pedí el que sería mi primer juguete de Star Wars: el toro extraterrestre que aparecía en el clímax de la película durante la escena en la Arena del planeta Geonosis (sí, habiendo varios personajes y figuras a escoger a mi me gustó el toro que solo sale hasta el final). Luego descubrí que se llamaba Reek y lo he conservado desde entonces.


Algunos años más tarde; no recuerdo en qué momento, llegué a ver La Amenaza Fantasma y si bien me mantuvo entretenido, no me gustó tanto como el resto de las películas (que ya había visto para entonces por lo menos una vez cada una) y mi favorita personal seguía siendo el Episodio II. Y cuando finalmente salió en cines La Venganza de los Sith, la vi de nueva cuenta con mi papá y mi hermano pero esta vez en el cine. Y me impactó. Me emocionó, me asustó, me mantuvo absorto, me deprimió y me alegró, todo eso en la sala de cine mientras la veía por primera vez. Obviamente reemplazó a El Ataque de los Clones como mi favorita, y hasta el día de hoy, que no he visto la nueva cinta como para clasificarla en mi escala personal, se mantiene en ese lugar.

Yo soy un firme creyente de que una de las razones por las cuales las secuelas (o precuelas, en este caso) de varias películas que han salido años después de la original -Jurassic World, Indiana Jones y la Calavera de Cristal, Terminator 3 por mencionar algunas- suelen recibir un criticismo muy alto de los fanáticos más arraigados de dichas sagas se debe principalmente al factor nostálgico. Cuando somos niños y vemos una película que nos gusta mucho, solemos colocarla en un pedestal el cual glorificamos como lo más perfecto que existe (sobretodo si realmente nos ha gustado muchísimo) y del cual no solemos bajarlas aún cuando con el tiempo nos damos cuenta de que tenía varios fallos y que en realidad resultó ser medio mala. Y la razón por la que no lo hacemos es porque aquella película es nuestra infancia.

1) En el caso de las precuelas de Star Wars, considero -desde mi muy personal punto de vista- que una de las razones por las cuales los fanáticos veteranos de la saga las ven como la peor cosa que pudo pasarle a la franquicia se debe a que no las miran con los mismos ojos que contemplaron El Imperio Contraataca, y por lo tanto son más sensibles a cualquier fallo que puedan presentar. Y si bien es bastante cierto que las precuelas presentan muchos fallos (más adelante tocaré el tema) no creo que sean suficientes como para decir que todas ellas sin excepción son malas películas y que están entre las peores que hayan sido filmadas o concebidas. Como mencioné casi al principio de esta entrada, sé que la Trilogía Original es mejor que ellas porque después de analizarlas con detenimiento te das cuenta de que sin duda son mejores, pero yo disfruto más viendo La Venganza de los Sith que Una Nueva Esperanza porque era un niño cuando la vi en el cine y, honestamente, ese simple hecho influye en toda la imagen que tengo de la película.

2) Otra cosa que suele ser muy criticada para cualquiera de las precuelas es la historia. Ciertamente el viaje de Anakin no es tan atrapante como el de Luke en parte porque si viste antes las películas originales ya sabes en qué acabará todo, pero a mi parecer de ninguna forma tienen una mala historia. Bueno, admito que La Amenaza Fantasma sí es la peor de la saga y tiene la historia menos interesante, pero aún así no creo que sea en realidad una mala película. Una diferencia muy importante entre ambas trilogías es que la primera estaba más enfocada en los personajes y en darles un desarrollo a lo largo de cada cinta, mientras que en las otras se le da una mayor importancia a lo que está sucediendo alrededor de los personajes. Muchos se quejarán de que hay demasiadas pláticas acerca de política, conspiraciones y hechos en las precuelas; y ciertamente cuando eres niño es lo que menos te interesa ver en una película que promete batallas entre naves espaciales y combates épicos con sables de luz, pero cuando haces un esfuerzo por entender, te das cuenta de que es una República con bases fundamentadas y que ahora está enfrentando problemas que amenazan todo su sistema y estilo de vida con el cual han estado viviendo por siglos; obviamente hay que mostrar el impacto que le está causando internamente. No es habitual ver política en una película de ciencia ficción, pero por lo menos yo aprecio estas escenas que nos dan un vistazo más profundo a cómo reaccionan los Senadores y Jedi ante aquello que está sobre ellos y que resulta estar orquestado en su totalidad por el Lord Sith.


En cuanto a los personajes, ciertamente las precuelas no se toman mucho tiempo en desarrollarlos y hay algunos que sólo aparecen para cumplir una función sin que se les dé el tiempo de explorarlos -tomen al Conde Dooku como ejemplo-, y en ocasiones la misma historia se muestra bastante apresurada -el romance entre Anakin y Padmé. Porque en serio, ¿quién se casaría con alguien con quien hace apenas unos días te reencontraste y del cual apenas tuviste tiempo de llegar a conocer superficialmente sus gustos o personalidad? Nadie con excepción de las parejas que esperan un hijo a los 15 años o que creen que el amor a primera vista existe-. Si bien estos problemas están casi completamente ausentes en la Trilogía Original, no me parece que sean un motivo real para decir que son malas cuando en general la historia es buena. Vamos, la investigación de Obi-Wan en el Episodio II es buena.

3) El diálogo. Otro punto ampliamente criticado es el diálogo y, si bien ambas trilogías presentan varios que son absurdos o irreales, debo admitir que en las precuelas está mucho más presente y tienen los peores de toda la saga. Hacen una presencia particularmente notoria en los momentos románticos, y la verdad es que en este punto no hay cómo defender salvo decir que en las películas originales también había momentos así. Y aún así, no es suficiente.

4) CGI. Si bien es cierto que la primera trilogía no necesitaba de una gran cantidad de efectos generados por computadora para tener buenas películas, este es uno de los puntos que, reitero; desde mi punto de vista, está bastante injustificado. Star Wars trata de conflictos en una galaxia muy, muy lejana que tiene una variedad enorme de mundos, culturas y especies, normalmente con diferente tecnología dependiendo de cuál sea. En las primeras películas se las arreglaron para hacer una galería de extraterrestres con solo efectos prácticos y eso es algo de admirar, pero en cuanto a los planetas no había mucho que destacar. Tatooine tiene sus edificios característicos y tanto Hoth como las diversas naves su propio estilo, pero no hay ninguna ciudad grande de verdad como las que se muestran en las precuelas. Coruscant, Naboo, Mustafar y Geonosis son completamente diferentes uno de otro, ya sea porque uno es una colosal ciudad repleta de edificios enormes con anuncios brillantes y tráfico aéreo mientras que el otro es un complejo industrial en un planeta volcánico. Toda esta diversidad sería prácticamente imposible de hacer sin una computadora, y al final de cuentas sí importa pues nos muestra todos los matices que hay en la galaxia. ¿El CGI en las precuelas es demasiado abundante? Sí. ¿Es necesario? Absolutamente.

Probablemente podría hacer un artículo todavía más extenso, pero creo que no es realmente necesario y que ya he manifestado los que a mi parecer son los puntos más importantes y que se consideran negtivos para las precuelas y el por qué creo que en realidad son buenas películas y que son disfrutables. Star Wars es una de mis sagas favoritas. Todas y cada una de sus películas me gustan, algunas más que otras, pero de ninguna forma me quejaría ni intentaría cortarme las venas si me "obligaran" a ver La Amenaza Fantasma. Me gusta mucho la Trilogía Original y reconozco abiertamente su superioridad sobre la Trilogía de las Precuelas, pero para mí siempre tendrán un espacio reservado y tal vez siempre les tenga la mayor cantidad de afecto porque crecí con ellas. Después de todo, fue una de ellas la que me introdujo a esa gran y rica galaxia una noche en la cual pasé un increíble momento con mi familia.


Creo que Jar Jar Binks pudo haber estado bien y que sería mucho más disfrutable como personaje de no ser porque se esforzaron demasiado en sus situaciones cómicas hasta volverlas irrelevantes y sin sentido.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Escuela, escuela, escuela

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí por aquí. Sin embargo, a diferencia de en ocasiones anteriores, esta vez tengo un pretexto que por lo menos es mejor que los que utilizo cada vez que desaparezco por semanas o meses: la universidad.

Desde las últimas semanas he estado ocupando ya sea leyendo libros y buscando información para realizar trabajos finales o estudiando para exámenes finales. Para mi infinita fortuna (o desgracia, según se mire) esta será mi última clases así que tan pronto como sea sábado seré libre nuevamente. Por el otro lado, eso significa que todos esos trabajos y exámenes son para estos últimos días de la semana así que no tendré tiempo para casi ninguna otra cosa que no tenga que ver con la escuela.

Tal vez sea porque casi no tengo otra cosa en la mente, pero me temo que la ausencia de actividad en La inmortalidad del cangrejo se debe también a que me he quedado sin más cosas que contar o sobre las que opinar, o al menos por el momento. Supongo que eso se sabrá tan pronto como termine el semestre y pueda volver a divagar sobre cualquier mafufada, pero hasta entonces, me despido.