sábado, 10 de enero de 2015

La irrelevancia de los cangrejos inmortales

Poco después de inicios de año, fui con mi familia a Plaza Patria en Guadalajara y entramos a un café. Estuvimos charlando un poco sobre distintas cosas, y eventualmente llegamos al tema de los propósitos de año nuevo. Cuando mi padre me preguntó por los míos, le dije que uno de ellos era empezar a escribir más de lo que acostumbro (no tienen forma de saberlo, pero me gusta escribir pequeños relatos y cosas parecidas) pero que estaba en una pequeña especie de bloqueo y que por lo tanto no se me ocurría algo como para ponerlo en un cuento o libro. Entonces, él me sugirió que empezara con un pequeño blog en el que pudiera escribir cualquier cosa que me llegara a la mente.

Pese a que el tener un blog se ha vuelto una tendencia y hay montones de personas que tienen uno, hasta ese momento nunca había pensado en la posibilidad de tener uno propio tal como hacen otros. Y eso es La inmortalidad del cangrejo: un pequeño espacio en el cual puedo compartir mis pensamientos personales sobre cosas completamente variadas y de distintos temas; pero que a la vez son irrelevantes y carecen de una importancia real para cualquier persona que pueda leerlos.

Entre las distintas cosas que pienso poner en La inmortalidad del cangrejo son, obviamente, pensamientos, opiniones, anécdotas curiosas, escritos (probablemente en su mayoría historias cortas) y quizá críticas ocasionales sobre algún libro, juego, película o alguna cosa de esas. En resumen, creo que sería un blog de cualquier cosa y cualquier tema. Si esperas leer un blog con temática estable, entonces me temo que La inmortalidad del cangrejo no será de tu agrado. Si en cambio estás dispuesto a leer las reflexiones y pensamientos de un tipo cualquiera, entonces tal vez encuentres una pequeña distracción en este lugar. En cualquier caso gracias por tomarte la molestia de leer estos párrafos, y si decides quedarte, entonces bienvenido a lo que espero sea una larga plática de mi parte sobre la trascendencia de cosas tales como el hecho de que todos los cangrejos son, en realidad, inmortales.

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